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El CaƱillo de la Puerta de Purchena: gotas de historia y "conjuro de amor"

La Puerta Purchena, acompañada por la estatua de NicolÔs Salmerón, custodia uno de los símbolos almerienses mÔs autóctonos. Se trata del famoso Cañillo que forma parte de la historia de nuestra ciudad desde el año 1806. Es mucho mÔs que una simple fuente o un elemento decorativo. Su pequeño tamaño puede despistar pero ”que no os engañe! Es protagonista de gran simbolismo así como de diversas leyendas que emanan de él.

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SolĆ­a decirse que si saciabas tu sed con el agua que fluĆ­a del CaƱillo cambiarĆ­a tu destino y tu suerte, puesto que te casarĆ­as con un/a almeriense; tambiĆ©n se decĆ­a que, si eras de fuera, te quedarĆ­as a vivir en AlmerĆ­a y que si la visitabas pero te ibas, algĆŗn dĆ­a volverĆ­as. En 2005 se esculpieron sobre Ć©l unas palabras que hacen alusión precisamente a esta Ćŗltima versión y que proclaman que: ā€œLa Puerta Purchena no tiene puerta pero tiene un hechizo para que vuelvasā€.


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Este hechizo se llama amor por esta tierra y no hay nada mƔs poderoso. MƔs allƔ de que te enamores (o no) de alguien de Almerƭa, si te gusta esta ciudad, si te has criado aquƭ o si le has regalado a Almerƭa aƱos de tu vida, no importa lo lejos que vayas, siempre querrƔs volver a verla. Y No habrƔ hechizo capaz de evitar que esto suceda.


Originariamente, el Cañillo se instaló con objeto de la organización de una feria.

Constaba de varios bebederos para que los animales pudiesen tomar agua y refrescarse. En esa época, las ferias comenzaban a surgir y se realizaban con objetivos comerciales. Era la ocasión ideal para vender y comprar ganado así como productos agrícolas. El lugar elegido para emplazar el Cañillo fue la Calle Obispo OrberÔ.


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Los años fueron pasando y el Cañillo estaba expuesto a toda aquella persona quisiese beber de él. AdemÔs, frecuentemente servía como punto de encuentro para quedar con alguien. Su gotas de agua reflejaban el paso de los mendigos mÔs pobres y las familias mÔs pudientes ”Nadie podía resistirse al Cañillo! Cuando apretaba el calor, él ofrecía la pureza y la frescura de sus aguas procedentes de las Fuentes de Alhadra.


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Pese a todo, el Ayuntamiento decide trasladarlo y remodelarlo para que parezca una fuente de verdad. En 1944 comienza su nueva vida en la zona de la Rambla Alfareros, muy cerca de la iglesia de Santiago. No obstante, el Cañillo empezó a descuidarse y a ser ignorado por la mayoría de los viandantes. Seis años después regresó a su ubicación original de la que nunca debió alejarse.


Hoy en dĆ­a lo vemos en la Puerta Purchena. AĆŗn podemos disfrutar de Ć©l y de su historia con orgullo y cariƱo porque tal y como dice el dicho ā€œnosotros somos mĆ”s almerienses que el CaƱilloā€.

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