En las aguas del Mediterráneo, especialmente cerca de Almería, habita un marisco excepcional: la Gamba Roja de Almería. Este crustáceo es conocido por su intenso sabor y por ser un auténtico manjar para los amantes de la buena cocina. Su color rojo brillante y su textura firme la convierten en un ingrediente estrella en los mejores restaurantes y en las cocinas de quienes disfrutan de la gastronomía.

Este marisco de gran tamaño puede medir entre 17 y 20 centímetros. Su cabeza, donde se encuentran los huevos y el corazón, presenta un característico tono azulado. Su carne es jugosa y posee un sabor inconfundible, con notas dulces y salinas que evocan la esencia del mar.
Aunque se encuentra disponible durante todo el año, los meses de mayo a octubre son los más idóneos para degustarla, ya que en este periodo alcanza su punto óptimo de sabor y textura. Es durante estos meses cuando las condiciones del mar favorecen su crecimiento y desarrollo, resultando en ejemplares de calidad superior.
La manera más sencilla y exquisita de cocinarla es a la plancha con un poco de sal gorda. Este método realza su sabor natural y mantiene su jugosidad, ofreciendo una experiencia culinaria inigualable. Sin embargo, también se puede degustar en arroces, guisos marineros o incluso cruda, en preparaciones como el carpaccio o el tartar, donde su sabor se presenta en su máxima expresión.

Habita en el Mediterráneo occidental, en zonas como Almería, Garrucha, Denia, Santa Pola y Motril. Se alimenta de pequeños moluscos y crustáceos, lo que influye en su inconfundible sabor. Sus profundidades preferidas oscilan entre los 200 y 900 metros, donde las condiciones del agua garantizan su desarrollo óptimo.
La pesca de este marisco en Almería es una tradición llevada a cabo con respeto por el ecosistema marino. Los pescadores emplean técnicas sostenibles para preservar el fondo del mar y proteger otras especies.