Almería, una provincia con un potencial turístico y económico incuestionable, se enfrenta a un problema crónico que limita su crecimiento: las deficientes comunicaciones aéreas y ferroviarias. A pesar de sus paisajes únicos, que combinan mar, montaña y desierto, la dificultad para llegar a la provincia y moverse dentro de ella está ahuyentando a turistas y empresarios, poniendo en riesgo su competitividad en el panorama nacional e internacional.

Comunicaciones aéreas: un declive preocupante
El aeropuerto de Almería atraviesa una crisis que parece no tener fin. En los últimos años, se han cancelado rutas clave, como las conexiones con Bilbao y París, esta última con una ocupación superior al 80%. Además, la oferta de vuelos a Barcelona se ha reducido de uno diario a solo cuatro semanales, limitando el acceso para conexiones internacionales.
La situación con Madrid, la principal puerta de entrada a la provincia, no es mejor. Iberia mantiene una oferta limitada y con precios elevados, dificultando los viajes de ida y vuelta en el mismo día. Air Nostrum, filial de Iberia, ha cancelado vuelos matutinos, lo que afecta especialmente a quienes necesitan realizar gestiones rápidas en la capital. Estos problemas han llevado a que el número de pasajeros en 2024 fuera de solo 786.000, una cifra muy inferior a la de aeropuertos cercanos como Murcia, Granada-Jaén o Málaga.
El tren: una opción inviable
Si las comunicaciones aéreas son deficientes, las ferroviarias no son mejores. Almería es la capital de provincia peor comunicada por tren de toda España. Un viaje desde Madrid puede tardar más de seis horas, frente a las cinco horas y media en coche. Además, la frecuencia de los trenes es insuficiente, con solo una conexión diaria con la capital, lo que dificulta la movilidad de turistas y residentes.
Aunque se espera que la llegada del AVE en 2026 mejore la situación, las obras avanzan lentamente, con solo un 60-70% de ejecución en algunos tramos. Además, existen retrasos preocupantes en el soterramiento de Lorca, lo que podría retrasar la integración de Almería en el Corredor Mediterráneo.

Impacto en el turismo y la economía
Las malas comunicaciones están teniendo un impacto directo en el turismo. Durante las pasadas Navidades, la ocupación hotelera en Almería fue del 40%, muy por debajo del 50% registrado en 2019. Los altos costes y la falta de opciones de transporte están desincentivando a los turistas, que optan por destinos mejor conectados como Valencia o Málaga, donde los precios son más bajos y los tiempos de viaje más cortos.
El sector empresarial también sufre las consecuencias. La falta de conexiones aéreas y ferroviarias eficientes dificulta la llegada de inversiones y la exportación de productos, especialmente en el sector agrícola, uno de los pilares de la economía almeriense.
Una llamada a la acción
Ante esta situación, es urgente que las instituciones locales, autonómicas y nacionales tomen medidas concretas. Se necesita una estrategia integral que incluya la negociación con aerolíneas para recuperar rutas perdidas, la aceleración de las obras del AVE y la mejora de las conexiones ferroviarias existentes.
Almería no puede permitirse seguir perdiendo oportunidades. Mejorar sus comunicaciones no solo beneficiaría al turismo, sino que también impulsaría el desarrollo económico de la provincia, permitiéndole competir en igualdad de condiciones con otros destinos. El momento de actuar es ahora, antes de que el aislamiento se convierta en irreversible.